En este momento

En este momento

Ayudo a personas con problemas de drogas como yo los tuve hace ya más de once años y a “enfermos mentales” de múltiples maneras.

Ya he comprobado como Coach y Terapeuta que soy útil también a muchas otras personas con diferentes objetivos o problemas cuya consecución o soluciones (respectivamente) no tienen por qué ser similares a mis vivencias…y también he comprobado muchas veces que puedo realizar diferentes tipos de “terapia” también.

En este momento…únicamente en este momento y no en ningún otro ya que ningún otro momento existe, creo haber conseguido encajar la penúltima pieza de mi puzzle…

En este infinito instante y sólo en éste, creo haber conseguido dar jaque mate al Rey rival…rival que no era otro sino yo mismo…

En este momento siento que cada inmenso estallido de euforia y cada minuto de profunda depresión y tristeza vividos sirvieron para comprender las emociones desde el lugar más útil si uno quiere luego ayudar a otras personas a identificar y gestionar las suyas…desde uno mismo…desde la experiencia…desde la acción más que desde el conocimiento empírico o la reflexión…

En este momento, y sólo en este único momento, siento que todo aquel dolor era un regalo que me otorgaba la vida para frenar la vertiginosa carrera de mi mente por continuar engordando mi ego y poder descubrir quién soy en realidad.

En este momento comprendo que yo mismo hice que mi ego adquiriera un tamaño tan desproporcionado como la brutal experiencia que la vida me envió más adelante para poder deshacerme de él…

Crea-t

En este mágico y calmado instante, solamente en éste y no en ningún inexistente otro instante, creo haber integrado una única certeza entre tanta dualidad, tanta bipolaridad, tanto pensamiento opuesto en el que ambos y tan diferentes extremos tenían sentido para mí…dependiendo del momento o, por ser un poco más exacto, de mi momento emocional… nublé tanto mi visión con todo ésto que necesité muchas otras gafas que no fueran las mías para poder ver… maltraté tanto mi cuerpo, mi mente, mi alma y mi nariz que hoy sólo puedo caminar despacio… hoy no puedo correr…hoy no puedo volar… tengo un ala rota…mañana no lo sé…

Mi única certeza hoy, tal vez mañana no, es que siempre será mucho más lo que no sé que lo que sé…mucho más lo que no conozco que lo que conozco… deseo de corazón nunca olvidar ésto.

Llenaré las paredes de mi despacho con carteles que contengan esta frase, compondré una bonita canción con un “megarepetitivo” estribillo para escucharla al levantarme cada mañana, para que suene cada vez que alguien quiera saber de mí a través del teléfono, plasmaré este pensamiento en una imagen y la dibujaré por todas las paredes de la terraza de mi casa cual rebelde grafitero y así tenerla presente también en mis momentos de relajación y meditación allí…tan cerquita del cielo… para no olvidar nunca que mi peor enemigo soy yo mismo cuando pierdo la humildad…

En este eterno momento creo comprender un poquito mejor al bueno de Einstein, uno de mis locos preferidos, en cuanto a la elasticidad del tiempo. También creo comprender un poco mejor a aquel anónimo sabio que dijera o escribiera por primera vez aquello de “ponerle puertas al campo” y la enorme confusión que yo mismo me generé en relación a la libertad y a la rebeldía y a tantísimas otras cosas que intentaré contaros en este libro.

Hoy sé que soy libre porque no tengo miedo…

En este maravilloso instante siento que “psicosis”, “esquizofrenia”, “trastorno bipolar”, “depresión”, “trastorno esquizo-afectivo” o “brote psicótico” son tan sólo etiquetas, bajo las que fui encasillado durante años para así poder ahora entender, empatizar y ayudar a personas con vivencias similares.

En este alegre mas no eufórico momento y sólo en éste, he comprobado que todo sucede por algo y para algo…he corroborado que la muñequera que compré ayer a aquel hombre en su manta sobre la acera fue para que, de ahora en adelante, no me olvide que todos los grilletes que sentí me ajustaban los demás y mataban mi tan exageradamente ansiada libertad, no me los ponía nadie más que yo mismo. Es una preciosa muñequera muy parecida a esas con las que se encadenaba a los esclavos… eso sí, sin cadenas ni broche alguno… me la pongo cuando quiero, cuando yo elijo…y me la quito prácticamente sin ningún esfuerzo…

En este luminoso momento siento que he podido conocer el peligroso juego de los comportamientos derivados de estados emocionales exageradamente potentes y la importancia de asumir la responsabilidad de nuestros pensamientos, de las expectativas que nos imponemos.

En este esperanzador momento siento que he podido comprender que todo emana de nuestro interior y la lectura positiva de ésto, que no es otra sino que también en nuestro interior tenemos la solución.

En este único lapso de tiempo creo haber comprendido al fin la diferencia entre crecer como ser humano y alimentar mi propia paranoia…

… en este clarificador momento sé que aquel infierno hubo de ser por algo y para algo…

 

Eduardo Chinarro
COACH PERSONAL y EMPRESARIAL

www.escuchateactuayconsigue.com

Escribir un Comentario