¿Que aprendiste de un jefe malo?

Este fin de semana un experto en desarrollo de personas, me hizo esta pregunta. ¿Qué aprendiste de un jefe malo?, y la verdad es que me hizo recapacitar sobre ello.

Pues bien, lo primero que contesté rápidamente es “ Aprendí lo que no hay que hacer nunca como jefe”.

Recuerdo un antiguo novio que tuve en tiempos universitarios, que estudiaba imagen y sonido, ahora es un gran productor. En aquellos años hacía que fuésemos al cine a ver todos los estrenos, y no exagero diciendo TODOS. Yo le decía que si ya de antemano sabía que una película era mala para qué íbamos a verla. Su respuesta era que así aprendía lo que nunca debía hacer. Una gran respuesta para aplicar en la vida.

Pues bien, también hay otras cosas aprendidas. En lo más profundo encontramos hasta donde llegan las conductas humanas, esto es, cómo en función de quién te dirige te llegas a comportar, cómo actúas y qué sientes.

Es muy importante, ya que por un jefe malo te puedes volver un mal trabajador, un mal compañero, o un jefe malo a su vez…. Al estar manejado por una persona insegura, poco a poco te vas volviendo una persona insegura a la vez.

El poder de la manipulación es total, por lo que tienes dos alternativas, o actúas al son de éstas personas como marionetas de trapo o empiezas a caer en desdicha. Aprendí mucho sobre los comportamientos que manifiestas y las emociones que se sienten ante un jefe malo.

Normalmente el jefe malo siempre es una persona insegura, bien a nivel técnico, bien a nivel social, a nivel emocional,…. Por eso su autoestima es muy baja y saca su perro guardián a todas horas para que nadie pueda percibir ninguna de sus debilidades. No saben aceptar lo que para ellos es una derrota, por lo que libran auténticas batallas para ganar la guerra. Son muy manipuladores, auténticos estrategas organizacionales, pueden llegar a saltarse las normas para conseguir su fin, no tienen límites.

Hacen que sus colaboradores estén siempre al límite, si se caen les muerde y si consiguen seguir en el límite les pasa la mano por el lomo de vez en cuando para que sigan librando más batalla.

Si caes en desdicha de un jefe malo hará todo lo posible para hacerte sentir como una cloaca. Tu autoestima se ve mermada continuamente, ya que nunca haces nada bien para él, te humilla delante de los demás, te limita la información y los recursos, incluso te puede anular socialmente frente a los demás.

Así que, ante estas circunstancias, por mucha automotivación que tengas, por mucha estabilidad emocional que tengas, por muchas horas de trabajo eficiente que lleves a cabo… ¿Qué puedes hacer?.

Una de las cosas que aprendí, es hasta dónde puede llegar un jefe a ser de malo y hasta dónde puede llegar una persona a sentirse mal debido a ello. Hay que mirar hacia dentro y tomar decisiones sobre qué hacer en tu vida. ¿Qué quieres?, ¿hacia dónde quieres ir?,  ¿qué te aporta el estar al lado de una persona así? A partir de ahí, sabiendo y teniendo claro qué quieres conseguir, debes llenarte de valor que te aportará la motivación para hacerlo y trabajar para conseguirlo.

Sinceramente, yo le doy gracias a mi jefe malo por ayudarme a encontrar el camino de mi vida, sin él no estaría ahora donde estoy.

Me ayudó a entender el funcionamiento de la mente y cómo podemos evolucionar de un estado a otro en poco tiempo, me ayudó a entender cómo trabajar con personas, cómo trabajar en una organización,…. Y lo más importante que aprendí, si no trabajas con pasión, con ilusión y haciendo algo que de verdad te llene, mejor busca otro camino, ya que ese no es el tuyo.

Ahora ayudo a mucha gente que tiene un jefe malo a superar el momento que le ha tocado vivir. Cada uno lo vive de una determinada manera, pero creo que aquí se refleja una aprendizaje común.

Toma a ese jefe malo como una oportunidad de crecimiento personal y profesional, no como un obstáculo en tu camino.

Sonia Navajo

Fundadora Crea-t