Liderazgo en tiempos de crisis

Las empresas, al igual que los seres vivos, tienen sus ciclos de vida desde su nacimiento hasta su muerte o reconversión en algún momento. Y no es extraño, ya que al final no son mas que la suma de individuos trabajando para un fin común.

Igual que las etapas en la vida de una empresa son cambiantes, también es cambiante el liderazgo que en cada momento hay que ejercer para dirigirlas. Todos coincidiremos que no es lo mismo gestionar una empresa en 2014 de lo que lo era en 2005. El entorno, las personas, las motivaciones, intereses, prioridades han cambiado notablemente.

Y al final, el éxito en la supervivencia de una empresa depende en gran medida de la estrategia que utilice para solventar la situación económica actual. Y esa estrategia en cualquier nivel de la compañía, no es sino las elecciones que se toman ante el entorno que las rodea.

Aquí es donde introduzco el concepto de liderazgo dentro de las empresas. A la pregunta ¿se necesita el mismo liderazgo ahora que hace cinco años?, la gran mayoría responderán que lógicamente no, que se necesita otro tipo de liderazgo.

Pero la pregunta mas difícil de responder es ¿qué tipo de liderazgo se necesita en estos momentos, cuál es la dirección y los mensajes que un líder debe mandar a la organización?. Y en esto no hay una respuesta única, pero sí que hay directrices que nos marcan el camino para entender las necesidades actuales de liderazgo. Es el liderazgo emocional, que sitúa a la persona como centro de decisión en la vida de la empresa, y ese liderazgo promueve la iniciativa, involucración y desempeño en el equipo humano.

En tiempos de bonanza y riqueza, cualquier capital humano es válido, y si no es suficiente, pongo dos personas mediocres.

¿Qué clase de líder quieres ser?

¿Qué clase de líder quieres ser?

En tiempos de dificultad extrema, la obligación de un líder es proporcionar a la empresa del mejor talento posible, motivarles, darles empoderamiento y dejarles que tomen decisiones. Es la única forma de poder avanzar y mantener el statu quo: apoyarse en las personas y en sus capacidades y competencias, y es obligación del buen líder reconocerlas y recompensarlas.

Además, es necesario el líder espejo, que comunique a toda la organización lo que se está haciendo y por qué se hace. Si las personas talentosas de una organización no saben o no entienden lo que se está haciendo, difícilmente se involucrarán y darán lo mejor de sí para la empresa. Y esto crea además en estas personas emociones, y las emociones llevan a la acción y al cambio. Todo lo que no sea cambio y adaptación a la nueva situación es morir, y por eso el líder se tiene que asegurarse de que el equipo acoge ese cambio y lo entiende a través de una comunicación fluida y continua.

La pregunta es por qué no tenemos mas lideres de este tipo en las organizaciones. Para mi la respuesta es clara: Esto es dedio al horizonte temporal sobre el que se toman las decisiones. Un líder espejo es un líder de proyecto, de largo plazo y largo recorrido. Al fin y al cabo está creando la empresa del siglo XXI, y su legado debe acabar en un proyecto sostenible y duradero. Y aquí hay claros ejemplos: J. Welch (GE),  A. Lafley (P&G), etc… que pudieron desarrollar “su” proyecto.

Sin embargo, cuanto mayor es la agudeza de la crisis, mayor es la presión del corto plazo por ”sobrevivir” y tomar decisiones rápidas (restructurar, desinvertir, …), sin realmente discriminar variables de coste de variables de crecimiento futuro (personas, producto, innovación).

Para terminar, piensa en un segundo en qué lideres te vienen a la cabeza cuando piensas en ellos. Probablemente a todos los mismos: Lincoln, Mandela, Jobs, Welch. Son aquellos visionarios que no solo miraron a mañana, pasado y al otro, sino más allá de lo que muchos otros podían ver.

Y ahora piensa, ¿qué clase de líder quieres ser?

Ernesto Canudo
Director Financiero C&A

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